sábado, 26 de abril de 2014

El primer contacto

Entonces Chase escogió el momento oportuno, el más idóneo para tener mayor oportunidad de hablar con el hombre marrón. Justo antes de ir a comprar los 2 sándwiches, en el momento en que salía del edificio. Se colocó a su nivel y comenzó a hablarle, primero un saludo, el cuál fue respondido con una desinteresada mirada de reojo, después le seguiría a una distancia prudente comentándole el aprecio que le tenía e insistía en no recibir ni una moneda, solo una amena charla.


Mientras el hombre de marrón seguía inmutable hacia su actitud poco usual, él solo pensaba en sus pasos, si seguía con el tiempo calculado, y alguna pequeña distracción sobre si le apretaban los zapatos o tal vez debía andar más tranquilo.

Chase no notaba ninguna respuesta a su favor, parecía sordo a lo que decía, aunque él sabía que esto podía suceder. Pero el hombre marrón no contaba con algo, que Chase sí sabía, y que por eso escogió este determinado día para intentar congeniar con "su hombre marrón".

Todo sucedió cuando el hombre marrón se quedó observando durante unos segundos (sintiendo que su vacío mental aumentaba), que la tienda donde adquiría sus 2 sándwiches, por primera vez, había cerrado, una reja marrón cuya uniformidad se veía corrompida por un papel adherido a ésta, el cuál contenía un escrito a mano en el que se informaba al público que por fallecimiento del dueño cerraban una temporada. Era el momento en que Chase tenía que ser el salvador de este hombre, de poder medir su justicia y moralidad al salvar su rutina ofreciéndole los mismos 2 sándwiches, perfectamente envasados, que él adquirió en otra tienda no muy distante, pero a la cuál le dio tiempo a llegar cuando se enteró de la nueva situación y volver antes de que el hombre marrón saliera del edificio a las 12:05, sacrificando así, sus escasos ingresos del día con la esperanza de recibir algo más valioso, aunque fuera a largo plazo, con su arriesgada inversión.

 Cuando Chase se presentó al hombre marrón, de frente, ofreciendo los 2 sándwiches a la altura de sus ojos, haciéndole saber que su admiración por él le ha llevado a tal acto, y que lo más que puede esperar es el poder pasar un tiempo con él, fue entonces cuando el hombre marrón, por primera vez, dio la impresión de bajar la mirada y dirigir sus vacías pupilas al rostro de otro hombre, aceptando su ofrenda y diciendo "gracias" con una voz que parecía más un suspiro que una pronunciación. El hombre marrón, transformado de manera extraña, llegó a mover la cabeza de forma diferente, acabando con su postura eternamente firme, para despedirse de Chase con un "hasta luego, he de irme a trabajar"...

Nicol y el desconocido de siempre

Bip! Bip! Bip! las 06:00 de la mañana aún de noche y el despertador hace su función, en una nube Nicol flota al cuarto de baño. Es impresionante como el cuerpo puede automatizar tantos movimientos, tan pronto se había levantado como ya estaba preparada para salir y es que ¿nunca has tenido la sensación de haber hecho algo y no recordarte de hacerlo de forma consciente?,  a Nicol le pasa frecuentemente, sobre todo tras despertarse y es que siempre hace el mismo ritual, levantarse de la cama, ir al servicio, lavarse la cara, ir a la cocina a tomarse el desayuno (que en la noche anterior ya había dejado preparado), vestirse e ir al cuarto de baño, maquillarse y peinarse. Entonces vuelve del automatismo regresa de el por qué otro pensamiento más fuerte que los instintos automáticos de cada mañana la susurra, la canturrea como el  cántico de los jilgueros y es que hoy volvería a ver le, si.

Nicole desde hacía 2 años trabaja en una tienda de comida que es muy frecuentada por trabajadores de las oficinas y trabajos cercanos que acuden a llevarse la comida y continuar con la jornada diaria. Un trabajo que la permite mantener sus estudios de magisterio a la vez que  un alquiler en un discreto apartamento en el cual residía desde hacía 1 año y medio.
Hoy volvería a verle y volvería a dibujar en su rostro esa sonrisa bobalicona que en más de una ocasión han servido de provecho a sus compañeras para reírse un poco de ella (siempre con ánimo de bromear). Y es que no lo podía evitar y hacia 1 año y medio que se juró a si misma amurallar su corazón y no arriesgar más su alma, que decepcionada estaba y empezaba a creer lo que todos la alertaban que elegir no sabía y con todos erraba, más quien le puede decir a quien elegir, mejor que su propia alma y es cierto que mal le aconsejaba su dichosa alma, pues a sus 24 años bastantes lagrimas gastaba. Pero esto era diferente, era…especial…intrigante… desde hacía un año Nicol había pasado  de la cocina a servir en la barra y tomar los pedidos algo que le gusta más porque así puede ver a más gente, tener más contacto con las personas algo que la fascinaba, hablar con la gente conocer sus historias, pues como bien dice ese dicho popular “cada persona es un mundo” y Nicol querría conocerlos todos, como el de aquel  mendigo que recientemente regentaba aquella esquina a poco más de 10 minutos de su apartamento desde hacía poco más de 1 mes, siempre esta allí cuando ella pasa y en muchas ocasiones la han dado ganas de pararse a conocer también su historia, siempre parece que espera a alguien y en alguna ocasión cuando puede darle una ayuda le responde con una gran sonrisa.
Lo cierto es que ella también espera a alguien, desde que está en la barra, desde el primer día estaba allí a la misma hora a por el mismo pedido, tal era ya conocido que la habían advertido sus compañeras cuando se incorporó al nuevo puesto, de la lista de clientes fijos que previamente se preparaban sus pedidos sin que lo solicitaran, por que casi nunca fallaban y en su caso él nunca había faltado, siempre impecable, siempre impoluto, una voz firme, pero amable y una mirada que escondía un mundo, una galaxia, un universo. Así Nicol lo pensaba y lo sentía pero nunca se había atrevido a cruzar la línea ni creía que fuera a poder pues se acercaba la hora y volvían los jilgueros y volvía la nube y todo lo efusiva que podía ser con cualquier otra persona se encerraba y dejaba a solas a una timidez desconocida en ella.


Llevaba tiempo planeando, tiempo hablando con su alma para que le prometiera ser cauta y si no bien muda, y hoy estaba más decidida , seria hoy el momento perfecto, casi había escrito que le iba a preguntar y que le iba a contestar y así genero e interpreto delante del espejo un sinfín de posibles conversaciones con múltiples finales, luego pensó que esto podría ser demasiado frio, demasiado preparado, que debería dejar rienda suelta a la espontaneidad, sea como sea, hoy será  el día, hoy algo cambiará, y dentro de muy poco  pues siempre es puntual  y que hora es ya..? Las…12:05